En un Puerta de Tierra sumido en la extrema pobreza, enfermedades, ranchones para acomodar la gente, ex esclavos de las islas circundantes que hablaban patois, créole e inglés, rodeado de cañones de guerra tras el cambio de soberanía español al de Estados Unidos, con cientos de estibadores y todo el negocio que se creó alrededor de unas vidas de miseria, se levantaron –dando empleos a cientos de estas almas–, los cuatro majestuosos edificios que a partir de enero, cumplen su centenario fundacional en este enclave: la Iglesia de San Agustín, su Parroquia, su colegio y el Convento de Hermanitas Redentoras.
“Lo que había era una Capilla de San Francisco en 1889, a la que daban servicio los padres que estaban en la Iglesia de San Francisco, en el Viejo San Juan. Pidieron una parroquia y salieron a pastorear el rebaño, transcurriendo 22 años con 20 sacerdotes que pasaron por la parroquia San Agustín. Ante aquella situación infrahumana, no había sacerdote que resistiera. Piden entonces, en 1902, que envíen desde Nueva York a sacerdotes redentoristas y ante el cambio de soberanía los españoles salieron, y entraron los sacerdotes americanos. Estos llegaron no solo a predicar y ayudar en aquel proceso de americanización”, declaró el padre Miguel García, párroco hace siete años de la Iglesia de San Agustín.
Esta arquitectura eclesiástica, parecida al Sacre Coeur de Montmarte, en París, se compuso de una planta rectangular dividida en tres naves por columnas, con el coro sobre el área de entrada y un ábside de planta cuadrada, cubierto con una cúpula de ladrillos. El espacio interior lo domina su altar con cinco vitrales en la cúpula. A vuelta redonda del templo, los vitrales hablan de la vida de Jesucristo, desde su nacimiento hasta la resurrección, y presentan el ministerio de Jesús de acompañamiento a su pueblo y abundante redención. En la cúpula, el vitral central –a distancia pero directamente sobre Cristo crucificado– es de Jesús resucitado que representa la salvación y la redención de los pecados. A sus lados, están los vitrales de los cuatro evangelistas Mateo, Marcos, Lucas y Juan.
Parroquia San Agustín
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A no ser porque la Parroquia San Agustín inauguró como el eje de un abarcador proyecto educativo y social, dirigido a atender las necesidades de la comunidad, los redentoristas no se limitaron a predicar, sino que pusieron el evangelio en acción en el barrio donde tanta falta hacía. De lo contrario, el barrio pudo constituirse en caldo de una división de clases visto, por ejemplo, desde la orilla del sector Salsipuedes, que bordeaba la Bahía de San Juan. Otros cambios, sin embargo, resultaron de aquella evangelización.
“Esos primeros redentoristas se remangaron y se metieron entre la gente con todas aquellas epidemias, fuegos y la pobreza. Se instituyó el ‘Programa de la leche’ para alimentarse. Los sacerdotes compraban la leche y la repartían entre las madres, quienes la venían a buscar. El convento se conoció como el Edificio de La Costura, habilitado con máquinas de coser y fue donde se crearon los mejores pañuelos. Eso duró hasta los 60. Otro elemento fue la educación, inaugurada el 9 de septiembre de 1915, con sobre 700 muchachitos descalzos para obtener clases y comida gratuitas. Hay toda una historia digna de celebrar en este centenario”, agregó el padre.
La apertura del Año del Centenario comenzó este pasado domingo, 7 de diciembre, con una Misa Jíbara in situ; el sábado 20, se ofrecerá un Concierto de Navidad gratuito con Pro Arte Lírico, a las 7:00 pm; y el 14 de enero de 2015, se inaugurará la exposición fotográfica ‘Ayer y hoy’, en el Taller de Fotoperiodismo en Puerta de Tierra.
Sobre la Parroquia San Agustín
Por su valía arquitectónica, a cargo del arquitecto y sacerdote redentorista Joseph Schneider, fue declarada Monumento Histórico por el Instituto de Cultura Puertorriqueña, el 1 de marzo de 1990.
Desde febrero de 2000, figura en el Inventario de Sitios y Zonas Históricas de la Junta de Planificación de Puerto Rico y el Registro Nacional de Lugares Históricos del Servicio Nacional del Departamento del Interior de Estados Unidos.
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