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Muere el Rey de la Pachanga
elheraldo.co

jueves, 4 de abril de 2019

POR: JHONATAN DIAZ

Joe Quijano falleció luego de permanecer en la unidad de cuidados intensivos del Hospital Presbiteryan de San Juan de Puerto Rico.

El mundo de la salsa está de duelo con el fallecimiento del Rey de la Pachanga, Joe Quijano, figura indiscutida que puso a bailar a varias generaciones con clásicos La pachanga se baila así, Amor, Es ilusión, Vuelvo a vivir, vuelvo a cantar, entre otros.

El deceso del artista boricua, confirmó su hijo Joseph, se produjo ayer a las 4:30 de la madrugada hora de Puerto Rico (3:30 hora colombiana), en el Hospital Presbiteryan de San Juan. Allí estaba internado desde el pasado 7 de marzo, cuando fue llevado de emergencia tras sufrir una caída en su residencia.

Su esposa, Grace Pérez, contó que siempre estuvo consciente, pero lo derrumbó una pulmonía tras adquirir una bacteria en el hospital. “Al momento de su deceso estaba a su lado su hija, Norma Mia Quijano”, señaló Pérez.

El maestro Joe Quijano venía afectado por esclerosis múltiple desde 1992, luego de ser arrollado por una motocicleta. Por causa de este accidente fue al quirófano seis veces.

Joseph Quijano Esteras, de 83 años, oriundo de Puerta de Tierra (San Juan), emigró a Nueva York cuando tenía 8 años. En la Gran Manzana inició estudios en piano y solfeo. En la adolescencia y juventud siguió formándose allí mismo en la Sound of Jazz School y en la Colombia University.

A los 13 años, estructurado con la percusión, inició su carrera profesional como bongosero del quinteto The Mamboys From Banana Kelly Street, en el Bronx (1948). Tuvo como compañeros a los después muy célebres Eddie Palmieri y Orlando Marín.

En 1956 fundó el Conjunto Cachana con Paquito Guzmán como cantante, y del que también hizo parte Bobby Valentín. En esa orquesta Quijano fungió como timbalero. Según la Fundación Nacional para la Cultura Popular de Puerto Rico, el nombre del grupo estuvo inspirado en honor a su tío Nicasio Quijano Melsa, a quien apodaban Cachana, fundador en el 1930 de la Asociación de Muelleros de Puerto Rico.

Su primera producción discográfica la grabó en 1959, con temas como Pachanga en changa y Rumba en Navidad. Un año más tarde logró su primer LP bajo el sello Columbia, titulado La Pachanga se baila así.

Para el año 1967 crea su propio sello discográfico, Cesta Records, al que le sumó un proyecto de jam session Cesta All Stars, en el que participaron Chivirico Dávila, Charlie Palmieri, Kako Bastar y Cheo Feliciano.

Defensor de sus ideales. El melómano Hernando ‘Cachaco’ Correa, destacó que Quijano aparte de ser uno de los primeros en fusionar aspectos melódicos de la Sonora Matancera y la charanga, se caracterizó por darle valor a su profesión, al punto que en 1967, además de crear su propio sello discográfico armó una All Stars.

“Antes de que La Fania existiera, ya él era una gran figura que caló en el gusto del barranquillero por su estilo caribeño. Tuvo problemas con Jerry Masucci porque quería incluirlo en el sello Fania como un peón más, pero él fue un defensor de sus ideales y jamás se doblegó. Nunca se encasilló en un solo estilo, siempre innovó y marcó una pauta en las verbenas de antaño, en los picó, estaderos y bares; desde que su música ingresó en ferri en 1970. Él fue de los primeros músicos que se atrevió a ir a La Habana a mostrar su música y gustó demasiado, ganándose el respeto de los mismos cubanos”, recordó Correa.

Rey de la Pachanga

El director y arreglista Juventino Ojito, quien acompañó con su flauta al boricua desde la primera vez que actuó en Barranquilla (sábado 3 de febrero de 1996 en la cancha de fútbol del barrio San José, en un evento de la estación radial Olímpica); y luego siguió con él en varias giras por el país, destacó también la lucha que sostuvo con la disquera Fania. “Básicamente fue un renegado de todo el sistema de música antillana, él no creía en el tema salsa al principio, decía que todo venía de Cuba, de la Charanga, nunca quiso ser artista de Fania. Siempre estuvo con su disquera porque explicaba que uno tenía que luchar por sus ideales y no venderse, por eso siempre fue un artista independiente”.

Entre Quijano y Ojito surgió una gran amistad, al punto que en 2003, luego de una visita que este le hizo en su casa en Isla verde (Puerto Rico), el maestro le cedió los derechos para grabar La pachanga se baila así, tema emblemático de su autoría. “Esa fue la más grande muestra de cariño que me ofreció, no se la dio ni a Pacheco (Johnny), era un tipo muy noble y reflexivo, siempre tenía un consejo para las personas más cercanas a él. Esa versión de La pachanga se baila así, la grabé con Diego Morán y José Luis Navarro, y le gustó mucho. Él iba a participar en el tema, pero por salud no pudo salir de la isla”, recordó Ojito.

Iluminó la salsa. Robert Téllez, periodista y escritor bogotano, especializado en música afroantillana, indicó que con sus mezclas innovadoras, Quijano vislumbró lo que sería la salsa.

“Es uno de los grandes protagonistas del fenómeno de la pachanga que se dio en New York, ese es el último sonido establecido en la Gran Manzana antes del concepto Salsa. Varios músicos tuvieron que ver en el desarrollo de la pachanga, pero fue sin dudas Joe quien lo popularizó”.

Téllez agregó que en una entrevista le confesó que era tanta la influencia que tenía de la música cubana, que cuando cumplió la mayoría de edad viajó a La Habana a escudriñar entre las grandes orquestas y también para declararle su amor a Celia Cruz. “Llegó a Radio Progreso, donde estaba cantando Celia, pero vio a Pedro Knight que le echó la mano en la cintura y se le quitaron las ganas de enamorarla. También era fanático de la orquesta Aragón de Cuba, por eso es que la flauta está muy marcada en sus producciones”.

El periodista caleño Umberto Valverde, especializado en el movimiento salsero, manifestó: “Se fue uno de los sonidos que iluminó lo que pocos años después se llamaría salsa. Joe Quijano hizo un gran sonido de la charanga, con sus temas aprendimos a bailar, a gozar, el pueblo colombiano siempre lo tendrá en su memoria”.

Durante su participación en el Carnaval de las Artes lanzó una frase con la que quiso definir su vida: “El nombre original de Don Quijote era Alonso Quijano, así que yo soy como era él, medio loco”. ¡Paz en la tumba de este Quijote salsero!