Puerto Rico podría enfrentar pérdidas
ascendentes a $2.5 mil millones anuales para el año 2050 si el
aumento en el nivel del mar llega a los tres pies como
consecuencia del cambio climático, informó ayer la organización
conservacionista Ciudadanos del Karso (CDK). La proyección fue
citada de un estudio realizado por la Universidad de Tufts, en
Massachussets, que establece que al 2100 los daños ascenderían a
$5 mil millones anuales.
“Más de la mitad de la población vive en el área metropolitana
de San Juan, ciudad costera muy próxima al nivel del mar. Un
aumento de un metro (3 pies) en el nivel del mar, inundaría gran
parte de la ciudad”, señala el resumen del estudio “El Caribe y
el cambio climático: los costos de la inacción”.
El estudio de mayo de 2008 es de la autoría de Ramón Bueno,
Cornelio Herzfeld, Elizabeth A. Stanton y Frank Ackerman.
Las cifras de las consecuencias económicas por la inacción ante
el calentamiento global, tomaron como indicativo tres categorías
relacionadas con la reducción en el turismo, daños por huracanes
y daños a la infraestructura por el incremento en el nivel del
mar.
El costo total para la región caribeña, ascendería a $21.9 mil
millones anuales al 2050 y de $46.2 mil millones al 2100.
Los autores determinaron hacer un análisis más detallado para
Puerto Rico y Cuba al compararlos con Colombia, un país del
continente suramericano, pero con litoral costero hacia el
Caribe.
El presidente del CDK, Abel Vale, indicó que en el caso de
Puerto Rico, la organización comisionó otro estudio a la firma
de ingeniería y agrimensura Vernix Engineering, con el
asesoramiento del director del Centro de Riesgos Costeros de la
Universidad de Puerto Rico, el oceanógrafo Aurelio Mercado.
En ese estudio se hicieron proyecciones para cinco regiones:
área metro (de Carolina a Toa Baja), Arecibo, Mayagüez, Ponce y
Salinas, contemplando escenarios de subida de nivel del mar de
uno, dos y hasta tres metros.
Los resultados establecen daños devastadores para la economía,
apuntó.
De acuerdo al estudio, quedarían bajo el mar el aeropuerto
internacional Luis Muñoz Marín, el vertedero de Arecibo, las
centrales generatrices de San Juan, Palo Seco (Cataño),
Cambalache (Arecibo) y Aguirre (Salinas); y los puertos de carga
o marinas de San Juan, Mayagüez y Ponce.
Se inundarían a través del drenaje pluvial áreas cercanas a la
costa como La Milla de Oro, caño Martín Peña, Ocean Park y
Cataño.
Igualmente, estarían bajo riesgo las carreteras PR-187 de
Piñones, la avenida Kennedy, la PR-165 de Levittown, la PR-2 en
Arecibo,
Mayagüez y Ponce.
Proyectos de control de inundaciones como el de los ríos
Portugués, Puerto Nuevo, Arecibo, río Hondo, río Bayamón y el
Yagüez se verían afectados, al igual que zonas inundables que
actualmente dependen de estaciones de bombas para evitar
inundarse.
La erosión costera destruiría estructuras públicas y privadas,
provocaría la intrusión salina de los acuíferos del karso del
norte y del acuífero del sur, fuentes de abasto para la
ciudadanía; y se afectarían las tierras agrícolas, así como la
infraestructura de comunicaciones, de gas y de energía eléctrica
soterrada.
“Basado en las proyecciones antes mencionadas, podemos concluir
que el efecto sobre lo concluido en las áreas costeras como
resultado de la subida del mar tendrá un impacto al que la
sociedad puertorriqueña nunca se ha enfrentado en su historia”,
advirtió Vale.
Dijo que es inconcebible cómo las decisiones sobre usos de
terrenos y la inversión de miles de millones de dólares para el
desarrollo de proyectos se hacen sin considerar los impactos
esperados del cambio climático.
“Estamos construyendo nuestra destrucción”, aseveró Vale y urgió
al Gobierno a planificar y precaver daños mayores.
Recalcó que se deben adoptar y poner en práctica las políticas
públicas recomendadas en la Declaración al Gobierno y a los
Ciudadanos de Puerto Rico sobre el Cambio Climático que la
comunidad científica y académica esgrimió en mayo de 2007.
Nota: Mapa de inundabilidad de FEMA tomado del San Juan Waterfront
Strategic Plan 05.7, AMEC Earth & E Environmental, Inc.
|