Instalan proyecto para fomentar
la propagación de especies marinas en el estuario de la bahía de
San Juan
Las aguas
bajo los muelles del Club Náutico albergan cinco BioHUTS que
proveerán alimento y refugio.
www.paralanaturaleza.org
Martes, 28 de septiembre de 2021
La instalación de cinco estructuras
–conocidas como BioHUTS– marcó el inicio de la transformación de
las aguas bajo los muelles del Club Náutico de San Juan en un
hábitat que ayudará a la propagación de peces y crustáceos.
Son estructuras que, a partir de ahora, se convertirán en
viveros acuáticos, ya que están diseñadas para proveer alimento
y refugio a diversas especies, particularmente en su etapa
juvenil.
Se trata de una iniciativa del Programa del Estuario de la Bahía
de San Juan, que fue subvencionada por la Agencia federal de
Protección Ambiental (EPA, en inglés) y surgió tras los “daños
considerables” que la población de peces sufrió por el paso del
huracán María, cuyo cuarto aniversario se cumplió el pasado
lunes.
“En la región metro, donde estamos ahora mismo, los estimados
han llevado a los expertos a concluir que las descargas de aguas
no tratadas fueron de 52 billones (52 mil millones) de litros.
El Estuario está apoyando el restablecimiento de comunidades de
peces a través de estos módulos”, dijo, el viernes, en
conferencia de prensa la directora ejecutiva de la organización
sin fines de lucro, Brenda Torres.
“Lo que presentamos es una pieza en el rompecabezas de una
restauración ambiciosa y necesaria para atender los retos del
cambio climático”, agregó, al hacer referencia a un informe del
Centro de Análisis Operativo de Seguridad Nacional (HSOAC, en
inglés) sobre la recuperación de Puerto Rico post-María, en el
que se recomienda la designación como área protegida de la
“barrera de coral de San Juan”, desde Isla Verde hasta El
Escambrón.
¿Cómo funciona?
Jorge Bauzá, director científico del Estuario, indicó que la
instalación de los BioHUTS “va en la línea de intervenir en la
conservación y la acción” para ayudar a la recuperación de los
ecosistemas.
Resaltó que las estructuras “imitan” las raíces de los mangles
rojos, que son los hábitats naturales predilectos para diversas
especies de peces y crustáceos en sus etapas de crecimiento.
“Las especies se crían aquí y, luego, migran a los arrecifes de
coral o al océano profundo”, dijo.
Bauzá describió los BioHUTS como compartimientos o canastas de
acero inoxidable con huecos, en cuyo interior hay conchas vacías
de carrucho (Strombus gigas) que fueron descartadas una vez
extraído el marisco. Las conchas fueron rescatadas en villas
pesqueras y otras partes de la isla. Las estructuras tienen un
segundo compartimiento que da protección a las especies
juveniles, evitando que otras más grandes las depreden.
“De forma natural, sobre la superficie de las conchas van a
crecer algas y esas algas son parte de la alimentación. La
cadena alimenticia de los peces y crustáceos pequeños empieza
con el plancton marino. Además, las conchas proveen espacios
internos para que las criaturas marinas juveniles puedan
desarrollarse”, explicó, y precisó que el área en la que los
BioHUTS fueron sumergidos tiene una profundidad de entre tres y
siete pies.
Al respecto, Torres añadió que las estructuras quedaron
suspendidas en el agua, pues la intención no es afectar las
comunidades bénticas (del fondo), como las yerbas marinas.
Para medir el éxito del proyecto, se harán monitoreos mensuales
(censos de peses y crustáceos) con los que se calculará el
índice de biodiversidad. En esta tarea, que se extenderá por un
año, colaborará la Tropa 685 de Puerto Nuevo de los Boy Scouts
of America.
“Estamos bien entusiasmados porque vamos a crear vida marina en
la bahía de San Juan”, afirmó Bauzá.
¿Por qué el Club Náutico?
Por otro lado, Torres señaló que la colocación de los BioHUTS en
los muelles del Club Náutico de San Juan no fue al azar. Contó
que, en 2016, el Estuario realizó un estudio de viabilidad, que
concluyó que estas aguas serían las idóneas para el proyecto.
“Aquí, hay estructuras de las que pueden agarrarse los
umbráculos (BioHUTS) y no impactar las comunidades bénticas.
Además, es un lugar llano, de no más de 15 pies, y es el único
cuerpo de agua del sistema estuarino de la región metropolitana
donde se permite la pesca recreativa y comercial”, dijo.
Torres describió el lugar como “accesible”, lo que también
facilita el apoyo ciudadano en las gestiones de monitoreo y
“lograr la sostenibilidad del proceso”.
Mencionó, igualmente, que el espacio “creará vida marina en
abundancia”, lo que repercutirá sobre la pesca y, por
consiguiente, tendrá un impacto económico.
Carlos Ramírez, comodoro del Club Náutico de San Juan, opinó que
la instalación de los BioHUTS es “un proyecto necesario”, que
fomenta tanto la conservación como la pesca.
“Con el pasar de los años, los arrecifes y la vida marina, en
general, han sufrido muchísimo, pero con este tipo de proyecto
ayudamos a su recuperación. Esto es un esfuerzo tremendo”,
declaró.
Por el momento, el proyecto piloto de los BioHUTS se concentrará
en los muelles del Club Náutico de San Juan. Al cabo de un año y
dependiendo de los resultados del monitoreo, se consideraría
expandirlo a otras áreas del estuario.
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