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El hotel se mantiene cerrado por problemas
entre COFFEC y los propietarios.. |
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El Normandie fue
uno de los primeros hoteles lujosos de Puerto Rico donde se
presentaron figuras relevantes de la música y el espectáculo como
José Luis Moneró, Ruth Fernández, Felipe “La Voz” Rodríguez, María
Félix y Mario Moreno “Cantinflas”.
Los que se hospedaron allí disfrutaron del esplendor y la
majestuosidad del Normandie, cuyo frente impresiona al tomarse la
curva a la entrada de Puerta de Tierra, saliendo del puente Dos
Hermanos.
Enrique Calderón Planellas, quien trabajó para Andrés “Bubo”
Gómez, uno de los propietarios junto a Frank Únanse del Normandie,
dijo que se debe recuperar la estructura por el gobierno bajo la
fórmula de expropiación de fin público para proteger y preservar
la historia y mantener viva la llama del histórico hotel.
El Hotel Normandie fue incluido en el Registro Nacional de Lugares
Históricos el 29 de agosto de 1980.
Calderón Planellas exhortó a que se cree una alianza
público-privada para preservar este hotel para las generaciones
futuras y los “baby boomers”, esa generación que en su juventud la
vivió y gozó de la hospedería con dignidad y respeto.
“Creo que más que expropiarla debemos crear una alianza
público-privada para promover el turismo de la salud en Puerto
Rico, crear la primera hospedería dirigida a la salud de la
tercera edad y gerontología en todas sus ramas. No podemos
depender o dejar que el Estado resuelva todos los problemas de la
sociedad puertorriqueña”, dijo Calderón Planellas, quien laboró en
la hospedería en la restauración después del Huracán Georges.
El hotel se mantiene cerrado por problemas entre COFFEC y los
propietarios.
Agregó que “soy fiel creyente, ya que conozco la instalación como
mi propia mano, que podemos con la ayuda y participación de un
grupo de médicos e inversionistas locales, junto al Municipio de
San Juan, desarrollar el Normandie Health Centre Boutique Hotel”.
De esta forma dar servicios a los participantes de Medicare
Advantage de la isla. Además, dijo que “se pueden unir IPAs de San
Juan y crear un Mega IPA para la gente de San Juan, ubicando así,
más especialistas bajo un mismo techo”.
Sostuvo que igualmente se podría desarrollar el Primer Hotel Museo
de Puerto Rico, para en cada habitación de forma exclusiva, tener
algo alusivo a Puerto Rico, sus pueblos y su gente.
El Normandie cuenta con alrededor de 180 o más habitaciones, donde
por lo menos 78 pueden ser dedicadas a cada pueblo. “Las demás, al
Yunque, al Museo, etc., etc. Pero eso solo debe hacerse con una
APP de manos de inversionistas locales y del gobierno”, opinó
Calderón Planellas.
En forma energética dijo a Inter News Service (INS) que “lo que no
se puede permitir bajo ningún concepto es dejar perder ese
patrimonio, esa historia emblemática de arquitectura y del buen
turismo que se hace en el país”. La página de internet
puertadetierra.info/edificios/normandie/hotel_normandie.htm señala
que el Hotel Normandie, que se inauguró el 10 de octubre de 1942,
fue idea del ingeniero puertorriqueño Félix Benítez, quien conoció
a su esposa mientras realizaba un viaje a bordo del SS Normandie.
Como un homenaje a su esposa francesa, Moineau, Benítez decidió
construir un edificio que imitaba la configuración del prodigioso
transatlántico, siendo diseñado por el arquitecto Raúl Reichard
(1908-1996) y comenzó su construcción en 1938.
La forma del edificio con paredes ligeramente inclinadas le
recordaba la silueta del SS Normandie, por lo que Benítez Rexach
ordenó al contratista -el ingeniero dominicano José A. Iglesias-
que le añadiera tres pisos más al hotel y además unos balcones, a
manera de puente, en el último piso.
La decoración interior es una inspiración egipcia con capiteles de
flor de loto, murales con escenas de Egipto y frisos con el motivo
de zigzag. Mientras que los salones principales contaban con
muebles en caoba, murales, espejos, azulejos, lámparas, y toda
clase de adornos en el estilo Art Deco.
Artistas de Francia, España, República Dominicana y Puerto Rico
participaron en la construcción del Hotel Normandie entre 1939 al
42, cuyo costo se estimó en 2 millones de dólares.
Recuerdos, historias, bodas, cumpleaños, actividades sociales,
tantas cosas que decir y pensar pasaron por esa joya
arquitectónica y está en el olvido en estos momentos, tras el
cierre hace varios años.
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