Noticias - Artículos

Inicio - Home

Normandie. Patrimonio edificado en riesgo

El Nuevo Día
Jueves 16 de marzo de 2O21

Margarita M. Frontera Muñoz
Presidenta del Colegio de Arquitectos y Arquitectos Paisajistas de Puerto Rico21
 

En el 2014, maquinaria pesada arrasó con la antigua penitenciaría estatal conocida como Oso Blanco bajo la justificación de que se iba a "desarrollar allí un proyecto de desarrollo económico importante". Siete años después, la colocación de la primera piedra de la prometida Ciudad de las Ciencias que se desarrollaría en el lugar todavía no la vemos, y los elementos arquitectónicos emblemáticos de la obra del arquitecto Pedro Roldán solo quedan en el recuerdo. Solo el pórtico de entrada permanece solitario y sin refuerzo en el lugar como premio de consolación.

Como regalo de Nochebuena del 2020 recibimos el recordatorio de que el Hotel Cerromar en Vega Baja, reflejo del modernismo de hace medio siglo y diseñado por la firma de arquitectos Toro y Ferrer, sería demolido porque alegadamente "no es viable conservar la estructura histórica por la condición de los hormigones". Se vislumbra un proyecto de desarrollo que, como recompensa a la demolición de nuestro patrimonio, promete crear unos cuantos empleos y reactivar la zona turística.

Definitivamente, el desocupar las propiedades
históricas, ignorar la necesidad de mantenimiento, acelerar su deterioro y años más tarde radicar un permiso de demolición justificado en la no viabilidad, la mala condición de los hormigones y la necesidad de desarrollo económico y turístico ha resultado ser la fórmula perfecta para obviar la responsabilidad constitucional que tenemos todos de conservar y mantener los edificios y lugares que sean declarados de valor histórico.

El antiguo Hotel Normandie en Puerta de Tierra, diseñado en estilo Art Deco por el arquitecto aguadillano Raúl Reichard, es el nuevo candidato pa
trimonial en la mirilla. Esta vez las intenciones son claras y no se esconden: "promover la demolición y limpieza del área, de manera que se convierta en una parcela atractiva y de alto valor para potenciales proyectos de desarrollo económico en beneficio general del pueblo de Puerto Rico". La orden va dirigida a la Oficina de Turismo del Departamento de Desarrollo Económico y Comercio a los efectos de expropiar los predios del antiguo hotel que, abandonado y lleno de grafiti hace años, sirve como guardia de seguridad de un estacionamiento comercial.

El Normandie se encuentra en el Registro Nacional de Lugares Históricos desde 1980, y en el Registro de Sitios y Zonas Históricas de la Junta de Planificación desde el 2000. Para que un edificio sea incluido en el registro local su proponente tiene que presentar extensa documentación que sustente su valor histórico, social, económico, arquitectónico, político o cultural. Se requiere la recomendación del Instituto de Cultura (ICP) y en algunos casos hasta la celebración de vistas públicas. El Comité Asesor de Sitios y Zonas Históricas de la Junta de Planificación evalúa la totalidad del expediente y determina mediante Resolución la designación. El Reglamento Conjunto para la Evaluación y Expedición de Permisos relacionados al Desarrollo, Usos de Terrenos y Operación de Negocios, en su capítulo X sobre Conservación de Recursos Históricos expresa cómo, solo en aquellos casos de ruina irreversible o de peligro de desplomarse en su totalidad, no se permitirá la demolición total de la propiedad histórica.

Cabe preguntarse si la posición del ICP en esta ocasión se distancia de aquella tomada en el caso del Cerromar, cuando fue realizado el último estudio estructural que podría servir de excusa para la no viabilidad de cualquier esfuerzo de conservación, si la legislatura ignorará las recomendaciones del ICP o si en esta ocasión se va a tirar la raya en la arena para evitar que la parcela que da la bienvenida a la isleta de San Juan nos reciba con un simple letrero de "I Love PR" y así cumplir la cuota de la foto turística y el desarrollo económico.

Puerto Rico se merece mucho más que eso. Solo hace falta creatividad y confianza en nuestro patrimonio edificado como destino turístico.