¿Dónde está el verdadero PPD? El
Nuevo Día
viernes, 17 de agosto de 2018
Por Eduardo Báez Galib
La reunión el lunes será histórica. No por eventos que hagan patria, sino por uno que puede significar el principio del fin. Asoma un cónclave sobre política cruda, burda y yoista. En el liderato del PPD siempre ha habido gente chiquita y gente grande, como en todo partido, pero, cuídense de los primeros. Pues “De altos espíritus es aspirar a cosas altas”.
Este momento habría de llegar. Hace 24 años en una columna publicada aquí expresé preocupación de que “El PPD ha dejado de ser un ente de cambio social significativo a largo plazo”. Añadí que “habiéndose reconfigurado nuestro país a patrones diferentes a los existentes en la fundación del PPD, y reconfigurada la humanidad al nuevo orden global, donde la supervivencia es la interdependencia llevada a su culminación mediante la cesión de poderes…flaco servicio le rinde al país el PPD, o cualquier otro partido, si no se reconfigura también”.
No se hizo. Ese abandono de país y filosofía, unido a la sustitución del nosotros por el yo, la venta de una historia honrosa al electoralismo y monetarismo, produjo esta reunión.
Es cínico que el PNP, que plantea que el ELA es colonia bajo una cláusula territorial de poder absoluto, sea “defensor” del autonomismo ante Promesa; y el PPD, creador del “convenio” que prohíbe incumplimiento unilateral, se aterra plantearlo. Entonces, la dignidad de una raza cede, por incompetencia y miedo al hambre, a un nuevo fundamento filosófico de nuestros dos partidos principales. ¡Dinero sobre vergüenza! ¿Y dónde está el verdadero PPD?
Si las polémicas respondieran a posturas ideológicas de estatus, o filosóficas de gobernanza, y eso fuera el tema ante la Junta, sería un parto doloroso, pero vital, y esa tardía reconfiguración podría devolverle al PPD su razón de ser. Pero no, la reunión tiene como norte el dinero, las ambiciones y una sobredosis de hipocresía disfrazada de pragmatismo.
Serán responsables de la seguridad e integridad del PPD el lunes, Rafael Hernández Colón, Héctor L. Acevedo, Sila Calderón y Alejandro García Padilla. El fin de su membresía por vida en la Junta es aportar prudencia, experiencia y amor patrio.
Y a esos que aspiran a gobernar a nombre del popularismo, sepan que la destrucción de una institución vital puertorriqueña, tiene consecuencias.¡Graves!
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