José Vega y su arte
esperanzador
Su nueva exposición Flores de
esperanza, es otra manera de continuar ayudando a los más
vulnerables
Mariam M. Echevarría Báez, EL VOCERO 01/06/2022
La reconexión de José Vega con su primer
amor artístico, la pintura; fue el canvas ideal para el
fortalecimiento de las memorias que el covid-19 difuminó,
enmarcado además en continuar retribuyendo a los niños “todo lo
que me han dado”.
El intérprete del Payaso Remi se unió en enero de 2021 a las
estadísticas de contagio por la pandemia. Además, pasó a formar
parte de un número menor de sobrevivientes del virus que
experimentaron como secuela la “niebla del covid”, un síndrome
que incide en la pérdida de memoria. En su caso, la experiencia
se extendió por tres meses.
“Empecé a buscar información y siempre la recomendación era
hacer cosas que amabas y que habías dejado de hacer. En mi caso,
por muchos años había dejado de pintar y me dije: ‘no puedo
permitir que se me olviden los recuerdos’”, contó.
Entonces, revivió al niño que quedó deslumbrado con el pintor
Luis Germán Cajiga y la “guagua azul” con la que hizo su
aparición en su vecindario en Puerta de Tierra.
“Era un niño distinto, con un abuelo que era pelotero de Grandes
Ligas… y yo pintaba y escribía poemas. Era un niño que no me
adaptaba y tuve una niñez muy dura”, rememoró.
Con Cajiga inició un viaje literal y artístico, que lo llevó a
verse reflejado, motivado y retado. A esa travesía se sumó el
tiempo que pasaba en el taller de pintura de Juan Rosado,
mientras su madre interpretaba en la pantalla chica a Doña
Agripina en la Criada Malcriada. En el taller de Rosado también
conoció a Rafael Tufiño, Epifanio “Fano” Irizarry, Tony
Maldonado, José Antonio Torres Martinó y Lorenzo Homar, entre
otros.
De alumno a maestro
Ahora, el estudiante convertido en maestro, busca diseminar la
semilla artística con la serie de talleres Arte para sanar.
“Estoy dando clases de pintura, talleres no solo para niños,
también para adultos mayores… El pasado viernes di un taller
para 32 personas y escuchar a una persona de 80 años decirme que
era la primera vez que hacía algo con sus manos y que lo iba a
guardar para regalarlo a sus nietos para que siempre lo
recordaran, no tiene precio”, destacó quien estudió en la Liga
de Arte del Viejo San Juan, la Escuela de Artes Plásticas, así
como en San Miguel Allende en México, donde tomó cursos de
pintura, dibujo y murales.
Con su nueva exposición Flores de esperanza, cuya apertura será
este jueves, a las 7:00 p.m. en Gruppo Italia en Guaynabo –donde
además iniciará su nueva jornada de talleres de arte el 2 de
julio- comparte 50 flores pletóricas de color, con cuya venta
contribuirá a las causas sociales con las que Vega y la
Fundación Remi llevan comprometidos hace más de tres décadas,
particularmente relacionadas a la niñez.
“No es solo tener un cuadro mío en tu casa, que es que diste
comida a 100 niños en extrema pobreza. Es una manera de
devolverle a los niños, lo que los niños me han dado”, recalcó a
EL VOCERO.
La apertura de Flores de esperanza contará con una presentación
del también cantante, donde expondrá en qué se ha utilizado el
dinero de la venta de exhibiciones anteriores, como fue el caso
de Flores de mi tierra.
“Hay cosas que no publico ni publicaré nunca, pero quiero que la
gente sepa en qué gasta su dinero”, añadió.
El medio centenar de piezas en acrílico y acuarela, cuenta con
títulos de canciones como Solamente una vez, Contigo aprendí y
Somos novios, entre otros.
La mitad de las obras están inspiradas en “fotos que he tirado,
flores que hay en mi casa, flores que he visto en actividades y
que hago el dibujo, incluso hay flores que he pintado con ramas
a las que le he echado pintura y surgen flores figurativas y
abstractas”, explicó.
Debido a la pandemia no ha podido retomar los viajes que
realizaba a través de su fundación, pero se ha mantenido
colaborando con otras instituciones.
“Todos los meses sale un camión lleno de comida, medicinas y
ropa para República Dominicana y Haití a través de la Fundación
Viviendo para servir”, compartió quien también ha impactado
niños en Nicaragua, Ecuador, Cuba, Guatemala y Puerto Rico.
|