El
Nuevo Día/Javier F. Freytes
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El Nuevo Día
Miércoles, 5 de octubre de 2005
Por Marga Parés Arroyo
Aguas sanitarias pestilentes y empozadas en la entrada del residencial Puerta de Tierra sirven de preludio al estado en que se encuentran estas unidades de vivienda pública.
En medio del enorme charco de agua sucia que rodea el residencial, un grupo de residentes denunció ayer que el estado de abandono en que se encuentran los alrededores de sus viviendas responde a un alegado plan estratégico del Departamento de Vivienda para expulsarlos del lugar.
“Pero yo de aquí no me muevo”, comentó Norma Rivera, quien aseguró ser parte de la quinta generación de una familia que ha echado raíces en Puerta de Tierra.
Cráteres en las carreteras que rodean el residencial, incluyendo la avenida Fernández Juncos, además de aceras rotas y alcantarillados desbordados motivaron algunas de las quejas de los residentes.
“Dicen que van a remodelar pero, mientras tanto, algunos residentes hasta han tenido pérdidas de algunos de sus muebles cuando el agua estancada por las alcantarillas tapadas inunda sus apartamentos”, dijo Rivera.
Por su parte, Lucy Dávila, vicepresidenta del Consejo Comunitario de Seguridad, denunció que las agencias, incluyendo el Departamento de Obras Públicas de San Juan, se han hecho de oídos sordos ante la situación.
“Hemos estado rebotando de agencia en agencia. Cuando alguna viene, como hoy (ayer) que hay una brigada arreglando el carril de la AMA, son 'resuelves' instantáneos porque el problema continúa”, dijo Dávila.
Según los vecinos, la situación ha ocasionado, además, una serie de problemas de salud entre los residentes, incluyendo unos 10 casos de dengue, además de dermatitis y asma.
Petra Rodríguez, de 77 años, mostró las ampollas que tiene en las piernas y que atribuyó al continuo contacto con las aguas sucias estancadas frente a su apartamento.
A pesar del deterioro en que se encuentra el residencial Puerta de Tierra, Norma Rivera, aseguró que prefiere enfrentar “lo que sea” antes de mudarse a otro lugar pues entiende que “es mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer”.
Modernizar por $36 millones
Por su parte, el administrador de Vivienda Pública, Carlos Laboy, confirmó que en efecto hay un plan de modernizar el residencial a un costo de unos $36 millones.
“El problema que tenemos es el realojo”, comentó Laboy, quien indicó que a los residentes que desalojen el residencial la agencia les pagará tanto la mudanza como el pago de la transferencia de la cuenta de los servicios eléctrico y telefónico.
Aun así, indicó que la compañía “Martinal Management” está a cargo del mantenimiento del residencial y que la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados tiene planes de mejorar el sistema pluvial en dicho sector.
Según informó, el proyecto de modernización, cuyo diseño está a cargo de Guillermety Ortiz, propone la construcción de unas 360 unidades de interés social.
Adelantó que se espera que para el primer trimestre del próximo año se lleve a cabo la subasta de construcción del proyecto, el cual tardará unos cuatro a cinco años.
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