El suave repique de una pequeña campana avisa que el Ejército de Salvación comenzó su campaña navideña de
recaudación de fondos de la olla roja. Más de 1,000 colectores con delantales rojos se encuentran frente a
centros comerciales, megatiendas y otros puntos de toda la Isla, pidiendo dinero para la labor social de la
organización sin fines de lucro.
“A veces colecto en Plaza Las Américas. La gente echa dinero, pero no sabe por qué coopera. Yo les explico que
este dinero garantiza que quienes duermen en nuestro albergue tengan comida, que niños tomen clases gratis de
música, que familias en necesidad reciban una compra de emergencia”, relató Linda López, mayor del centro
comunitario del Ejército de Salvación en San Juan, quien lleva 20 años en la institución.
Junto a ella se encuentra Laila Rosario Ramírez, quien por primera vez funge como voluntaria. “Mi pareja fue
voluntario por tres años y me aconsejó que me hiciera voluntaria también”, dijo la joven de 21 años y vecina de
Cupey. “Ha sido una buena experiencia. Veo cómo la gente coopera con cualquier cosita que tenga”, agregó
acerca de sus primeros dos días de voluntariado frente a una megatienda en Plaza Las Américas.
La mayor López dijo que los colectores voluntarios hacen turnos de cuatro horas. “Aún hay gente de corazón
generoso, que creen en dar aunque estén en necesidad”, relató. “Hay gente que nos ignora. Algunos voluntarios
son insultados o reciben quejas como ‘qué mucho ustedes piden’ o ‘y quién me ayuda a mí’. Uno no lo coge
personal y les contesta ‘feliz Navidad’ o ‘que Dios te bendiga’”.
Esos malos ratos los subsana el hecho de saber que el dinero recaudado hará una gran diferencia entre quienes
reciben los servicios del Ejército de Salvación, que lleva 52 años en Puerto Rico. “Hace poco fui a visitar a un
enfermo en un hospital. Cuando iba por el pasillo, alguien me llamó ‘mayora’. Cuando miré, era el guardia de
seguridad. ‘¿No se acuerda de mí?’, me preguntó el guardia”, contó López. “Esa persona hace dos años estuvo
en nuestro albergue en Puerta de Tierra, donde los asistimos por 90 días con ropa, comida y asistencia para
adquirir una vivienda. Se veía bien diferente. Tenía su barba bien afeitada, había rebajado como 50 libras. ‘Ahora
tengo mi apartamento y un trabajo full time’, me dijo”.
“Me hizo el día saber que pusimos un granito de arena para que este hombre pudiera estabilizarse”, aseguró
López.
Donan pese a la crisis
Agregó que, aún en plena crisis económica, los donativos de ciudadanos no han bajado dramáticamente. “A pesar
de que hay crisis, el corazón de Puerto Rico es naturalmente dadivoso y la gente dona”, dijo.
El año pasado, a nivel Isla, el Ejército de Salvación recaudó $1.2 millones como parte de la Campaña de la Olla
Roja. Ese dinero ayudó a financiar programas como el de Puertas Abiertas, que brinda atención psicológica
gratuita a más de 200 víctimas del crimen cada año.
Mientras Laila repica la campana, Zoraida Santiago, de 52 años y vecina de Santurce, saca unos dólares y los
echa en la olla roja. “Con entidades como esta hay que cooperar porque tú no sabes cuándo vendrá una
emergencia y puedas necesitar su ayuda”, indicó antes de seguir su camino.
Este año, la Campaña de la Olla Roja inició antier y culminará el 3 de enero de 2015. En caso de no contar con
efectivo cuando pase cerca de la olla, puede realizar su donativo en la página web de la institución:
www.salvationarmypr.org.
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