Javier Miranda celebró ayer mucho más que el Día de Acción de Gracias, aunque en su mesa no faltó el plato de pavo asado, arroz con gandules, ensalada y pie de calabaza.
La efeméride coincidió con los 50 meses de sobriedad de Miranda, quien por 40 años fue adicto al alcohol.
“Cumplo 50 meses de sobriedad y para mí es la celebración más grande. Son los mejores 50 meses que he pasado en mi vida, lo que es motivo de celebración”, dijo durante el servicio que el Ejército de Salvación ofició en su capilla ubicada en Puerta de Tierra.
Luego, durante el almuerzo, Miranda contó que llegó a esta organización cristiana en noviembre de 2009, pesando apenas 125 libras y sin poder caminar ni ponerse de pie.
“Aquí me apoyaron muchísimo; me devolvieron el respeto por mí mismo. He recibido mucho más de lo que esperaba, por ejemplo, mi profesión de abogado. He vuelto a relacionarme con mis hijas y con mi familia”, relató notablemente emocionado.
Miranda es uno de los muchos hombres que han pasado por el Centro de Adultos del Ejército de Salvación, espacio al que llegan de forma voluntaria aquellos que quieren superar su adicción a las drogas o al alcohol.
El Centro, que tiene capacidad para atender a 35 hombres, actualmente tiene una matrícula de 21.
“Ofrecemos distintos servicios, entre estos vivienda, comida (desayuno, almuerzo, cena y dos meriendas), terapia ocupacional, terapia con Alcohólicos Anónimos y Narcóticos Anónimos, estudios bíblicos y consejerías individuales y grupales. Les damos a nuestros participantes las herramientas para que puedan superar sus adicciones y aprendan a vivir mejor”, explicó Dalia Torres, mayora del Ejército de Salvación.
Consciente de que la ciudadanía los conoce principalmente por su campaña “Colecta de Navidad”, en la que un miembro de la organización cristiana toca una campana mientras recoge donativos en los centros comerciales, Torres afirmó que el Ejército de Salvación “es mucho más que eso”.
“Nosotros trabajamos 24 horas al día, los siete días de la semana y los 365 días del año. Trabajamos con adictos a las drogas y alcohol con la meta de que cuando salgan de aquí puedan tener un trabajo o una vivienda o regresar con su familia”, dijo Torres.
Por su parte, Eric Díaz, también mayor del Ejército de Salvación, explicó que no reciben fondos estatales ni federales para su operación, por lo que subsisten gracias a donativos, particularmente los que se obtienen a través de la Econotienda, ubicada en el mismo local donde está la capilla.
“Todo lo que conseguimos a través de donativos es para ellos, los participantes del Centro”, expuso Díaz, tras informar que recientemente “graduamos” a 20 hombres por haber completado satisfactoriamente su tratamiento. Por ahora, el Centro no ofrece servicios a mujeres.
“Me siento bien lleno de vida”
Mientras una treintena de personas asistía al servicio en la capilla, Robert Rodríguez ultimaba los detalles del almuerzo de Acción de Gracias.
“Hice el arroz con gandules y el pavo. Hoy (ayer) es un día importante y especial para todos nosotros; un día en el que me siento bien lleno de vida. Yo era deambulante y no me iba bien. Me trajeron al Ejército y me ayudaron a echar hacia adelante. Voy para cinco años aquí... ¡sobrio!”, exclamó el hombre, quien cumplió 50 años el pasado 22 de noviembre.
“Estoy seguro que si me hubiese quedado en la calle, estaría muerto”, agregó con voz entrecortada.
En términos similares se expresó Luis Obando, de 64 años y quien llegó al Ejército de Salvación en 1992, por lo que se define a sí mismo como “uno de los más viejos” del Centro.
“Llegué por mi situación alcohólica y poco a poco aquí encontré la ayuda que necesitaba. Ya he podido superar esa parte de mi vida. Nunca pensaba que iba a llegar a esta edad y por eso doy gracias hoy (ayer). En diciembre cumplo 19 años sobrio”, afirmó.
Obando, quien ayer empezó a “trabajar con los pavos” a la 1:00 a.m., sostuvo que gracias a que superó su adicción al alcohol ya no tiene problemas en el hígado ni estomacales.
Y acompañado de su esposa, su hijo de 9 meses y su suegro, Christopher Torres agradeció ayer que su vida “ha empezado a reconstruirse poco a poco”.
“Llegué aquí porque lo estaba perdiendo todo en la calle con drogas y alcohol. Apenas llevo un mes en el Ejército, pero no me desespero. La expectativa es vivir un día a la vez para ir recuperando poco a poco las cosas que ya estaba perdiendo. Lo más que agradezco es que mi familia no me ha dejado solo en ninguna parte del proceso; son ellos mi motivación”, expuso.
Sentados todos a la mesa y antes de probar bocado, la mayora Torres recalcó que “sin la ayuda de Dios” ninguno de los presentes podría contar sus historias de superación. “Nada de lo que hacemos lo podemos hacer sin Él. Este, como todos los días, es uno muy importante para dar gracias a Dios por todas sus bendiciones”, resaltó.
¿EJÉRCITO O IGLESIA? |
• El Ejército de Salvación es un movimiento caritativo internacional parte de la
Iglesia Cristiana Universal.
• Actualmente se encuentra en más de 100 países alrededor del mundo y tiene
más de cinco millones de miembros entre oficiales, laicos y grupos de
voluntarios.
• Llegó a la Isla gracias a una petición de Felisa Rincón, entonces alcaldesa de
San Juan, para los años 60.
• El mayor Tobías Martínez fundó la obra en Puerto Rico en el año 1961.
• El primer centro de ayuda comunal se abrió en La Perla. Actualmente hay 10 centros comunitarios distribuidos por todo el país, así como otros dos en Islas Vírgenes.
|
|