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En proceso la restauración del puente del Fortín San Gerónimo del Boquerón

Una vez se completen las reparaciones, sus puertas abrirán nuevamente al público 

elnuevodia.com
19 de octubre de 2024 
Por Víctor Ramos Rosado

Luego de gestionar la adquisición de fondos por varios años, el Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP) anunció la inversión de $221,000 destinados a la restauración del Fuerte San Gerónimo del Boquerón, en la isleta de San Juan, para atender la reconstrucción del puente de entrada.

El Fortín de San Gerónimo forma parte del Registro Nacional de Lugares Históricos desde 1983. Esta propiedad fue parte de la primera línea de defensa de la isleta.

Este punto de defensa vio varias batallas a lo largo de su existencia, como el ataque del corsario Francis Drake en 1595 y, luego, el de George Clifford en 1598. Ambos ataques a la isla respondían a un interés de la reina Isabel I de Inglaterra en tomar a Puerto Rico como una base de operaciones contra flotas españolas en el Caribe, según explica José Marull del Río en el libro “Protegiendo la capital: desarrollo histórico de las obras defensivas en Puerta de Tierra”.

Como resultado de este segundo ataque, que la batería del Boquerón quedó anulada y algunos días después, los ingleses pudieron tomar la ciudad, aunque no pudieron retenerla debido a una epidemia de disentería que disminuyó dramáticamente a sus fuerzas. Llegado el siglo XVII, los gobernantes españoles, habiéndose dado cuenta de la vulnerabilidad de la isleta, ponen sus esfuerzos en reforzar la zona. Es así como, a inicios de los años 1600, la batería de San Gerónimo es reconstruida en piedra. La estructura fue reconstruida, una vez más, en 1635. La situación defensiva de la isleta no volvería a reformarse hasta mediados del siglo XVIII, escribe Marull del Río.

En 1787, un fuerte terremoto sacudió a la isla, estimado entre los 8.0 y 8.1 puntos en la escala Richter, que quebró varias de las estructuras fortificadoras de la ciudad, incluyendo San Gerónimo y ya en 1790 no se podía contar con su uso por el mal estado de su estructura, lo que llevó, una vez más, a su reconstrucción.

En 1797, los ingleses atacaron San Juan de nuevo, esta vez bajo el mando del general Ralph Abercrombie, y durante su asedio el fortín, una vez más, se destacó en la defensa de la ciudad, siendo reparado en 1799.

Casi 100 años después, el fuerte vería acción, por última vez, durante la Guerra Hispanoamericana, en un conflicto de poca duración, en cuyo desenlace la isla fue cedida a los Estados Unidos.

Durante el paso de los huracanes Irma y María, la estructura sufrió daños. Las asignaciones para algunos de estos daños se encuentran en proceso de apelación ante la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés).

Según informó el Instituto, el proyecto consiste en mejorar el acceso al Fortín y reconstruirlo de manera que sea accesible, manteniendo al mismo tiempo su valor histórico. A esos efectos se solicitaron evaluaciones de los daños, y se formalizó la contratación de las compañías Porticus y Building Preservation Material Technologies (BPMT). Ambas compañías cuentan con experiencia en edificios patrimoniales y trabajaron recientemente en la restauración de la cúpula del Capitolio de Puerto Rico.

El ICP insistió en que las labores a realizarse en el puente son necesarias para lograr reabrir esta estructura a todos los visitantes, en cumplimiento con los estándares de accesibilidad y seguridad. La reapertura de esta estructura patrimonial y sus ofrecimientos será manejada por el programa de Museos y parques del Instituto de Cultura Puertorriqueña.