El Nuevo Día
domingo, 31 de julio de 2022
Por Leysa Caro González
Para el artista plástico Carmelo
Sobrino, el parque Luis Muñoz Rivera, ubicado en la isleta de
San Juan, es la sala más importante de su hogar y su salón de
clases. Pero, además, es un espacio de singular belleza y
grandes posibilidades.
Sin embargo, por los pasados años, como ha sucedido con tantas
otras estructuras públicas, ha sido víctima de la indiferencia y
el abandono de diferentes gobiernos.
“Ha sido como olvidado por todas las administraciones, y la
infraestructura se está cayendo, al punto de que algunos lugares
representan una amenaza para las personas”, dijo Sobrino.
“Es un síndrome nacional”, indicó a El Nuevo Día.
El espacio, además, carece de servicios sanitarios, lo que puede
representar un problema de salubridad ante el número de ancianos
y niños que visitan a diario el espacio para recrearse, indicó.
Sobrino ha compartido en sus redes sociales varias fotos que
evidencian el desgaste de las pérgolas y los bancos donde se
supone las personas puedan descansar.
Al reconocer que parte de la comunidad también ha desarrollado
cierta apatía a los espacios públicos y a reclamarlos como
suyos, Sobrino hizo un llamado público, a través de sus redes
sociales, para crear un movimiento de carácter cívico desde
donde desarrollar una propuesta para revitalizar el parque.
Y la gente respondió.
“Vinieron personas de diferentes campos profesionales. Creamos
unos comités para delegar ciertas funciones y poder constituir
una piedra firme”, dijo sobre el encuentro, celebrado ayer,
domingo, en el parque.
Entre esas gestiones, buscarán reunirse con representantes del
Municipio de San Juan y del Departamento de Recursos Naturales y
Ambientales (DRNA), agencia que administra el parque urbano.
“No podemos dejar que la bola de nieve siga creciendo porque, si
no, no va a quedar nada de lo que era”, puntualizó.
Dijo que también buscarán gestionar reuniones con artesanos y
artistas locales que puedan donar su trabajo en la restauración.
En el pasado, ha habido rumores que apuntaban a desarrollar
ciertas áreas del parque que permanecen dedicadas a la siembra
de árboles. Sobrino prefiere dejar esos espacios así. “Queremos
que se conserve, que se le dé mantenimiento a la belleza de este
lugar, que sea de reposo y paz”, dijo.
Sostuvo que, en todas las ciudades que ha tenido la oportunidad
de visitar, los parques son sagrados, incluidas aquellas con
menos recursos económicos. “Los parques tienen una importancia
vital en la comunidad, y es lo que tenemos que hacer, darle
importancia a este espacio público que nos pertenece a todos”,
afirmó..
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