Gracias, Ismaelito
El Nuevo Día
Por Ángel R. Pagán Ocasio
jueves, 3 de agosto de 2017
El 1 de julio de 2013, hace escasamente cuatro años, comencé mis labores puntualmente como de costumbre. No obstante, el público que presenciaba los procedimientos judiciales no se limitó a los que estaban físicamente en la sala judicial. Fueron miles de personas que pudieron seguir la transmisión en directo del proceso judicial de un caso laboral vía televisión, internet y radio.
La prensa del país tuvo, por primera vez en muchos años, la oportunidad de entrar a una sala judicial con sus equipos audiovisuales y poder transmitir y captar imágenes desde la misma sala judicial. Recibí en sala a todos los que nos seguían en directo con el saludo inicial: “Bienvenidos a sala al pueblo de Puerto Rico”. Todos estaban muy concentrados en el caso y la presencia de las cámaras pasó desapercibida.
Este gran paso en ese día histórico surge como consecuencia de una larga trayectoria de muchos años de gestiones de los periodistas y fotoperiodistas para que las puertas de los tribunales fueran abiertas a la transmisión de televisión, radio, internet y toma de fotografías.
Lo que tuvo como corolario que el 19 de abril de 2013 el Tribunal Supremo de Puerto Rico enmendara el Canon 15 de Ética Judicial y estableciera el Programa Experimental para el Uso de Cámaras Fotográficas y de Equipo Audiovisual de Difusión por los Medios de Comunicación en los Procesos Judiciales celebrados en las Salas de Recursos Extraordinarios del Centro Judicial de San Juan (PECAM).
Como parte de dicho logro y en preparación para la sesión inaugural de dicho programa, que tuve el honor de presidir, conocí al fenecido fotoperiodista Ismael Fernández (Ismaelito) que fue uno de sus grandes propulsores. Tuvimos varias reuniones previo a que comenzara el programa para coordinar la logística y junto a otros fotoperiodistas y camarógrafos se organizó todo de forma que tuviéramos el éxito esperado. La cámara fotográfica de Ismaelito fue la que se utilizó en la sesión de prueba para medir si el sonido al tomar la fotografía interfería con la grabación y la solemnidad de los procedimientos en la sala judicial.
Finalizada la exitosa sesión inaugural del PECAM, en la que participaron prácticamente todos los medios de comunicación del país de una forma respetuosa y profesional, Ismaelito me comentó: “Hemos sido parte de la historia”. Esa misma historia nos ha comprobado que la entrada de las cámaras a las salas judiciales ha generado un intenso debate.
Luego de la primera transmisión se han transmitido diversos casos, criminales y civiles, que han acaparado la atención del país y han sido reseñados en la prensa nacional e internacional. Este hecho ha contribuido a la transparencia de los procesos judiciales, además del componente educativo pues ha permitido a los ciudadanos observar directamente los procesos en sala con todos sus integrantes.
El PECAM ya es permanente en las Salas de Recursos Extraordinarios del Centro Judicial de San Juan y ha sido extendido de forma experimental a otras dos salas, una de asuntos de lo civil y otra de asuntos de lo criminal, en dicho centro judicial.
En su día el Honorable Tribunal Supremo de Puerto Rico determinará a las salas que extienda dicho programa de forma experimental o permanente.
La experiencia nos dicta que, ante la globalización de las tecnologías de información y comunicación, los tribunales deberán hacer un fino balance enmarcado en los preceptos de justicia constitucional entre los derechos de los ciudadanos que participan en los procedimientos ante los tribunales y el derecho de la ciudadanía a conocer de primera mano lo que ocurre en sus tribunales.
En la Semana de la Prensa y en el sentido de los logros alcanzados, concurro con Ismaelito en que “hemos sido parte de la historia”, en la cual quedan caminos por recorrer a la prensa y a la justicia.
Las expresiones aquí vertidas responden a las ideas, criterios u opiniones personales del autor y en modo alguno representan la posición oficial de la Rama Judicial de Puerto Rico.
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