Foto: Carlos Rivera Giusti 

Homenaje póstumo a Corrada del Río en el Supremo. 


viernes, 23 de marzo de 2018
 
Por
Maricarmen Rivera Sánchez, EL VOCERO

Funcionarios de las tres ramas de gobierno realizaron guardias de honor ante los restos del exjuez del Tribunal Supremo, Baltasar Corrada del Río, cuyas cenizas regresaron hoy a la sede del máximo foro judicial del país para recibir un homenaje póstumo.

El gobernador, Ricardo Rosselló Nevares junto a los exgobernadores Pedro Rosselló, Rafael Hernández Colón, Carlos Romero Barceló, Luis Fortuño y Alejandro García Padilla, realizaron una de las guardias de honor. 

Hubo guardias de honor formadas por los jueces del Tribunal Supremo, los exsecretarios de Estado junto al actual secretario, Luis G. Rivera Marín, el presidente del Senado, Thomas Rivera Schatz y los que sirvieron como oficiales jurídicos y alguaciles para Corrada del Río en su término como juez del Supremo.

Las guardias de honor se hicieron frente a las cenizas del exjuez y la toga que usó como juez asociado del Supremo entre 1995 y 2005.

El gobernador recordó que fue Corrada del Río quien reclutó a su padre para ingresar a la política.
“Mi perspectiva no es de jurista; es la de un niño que, en sus años de formación pudo ver el calibre de un ser humano que es un ejemplo para todos los puertorriqueños”, afirmó. “Las acciones de Baltasar influenciaron quien yo soy hoy. Influenciaron mi capacidad de estar aquí ahora, trabajando por el pueblo de Puerto Rico”.

La jueza presidenta del Tribunal Supremo, Maite Oronoz, destacó por su parte la capacidad de Corrada del Río de trabajar con jueces de ideologías diferentes. Recordó el trato que tenía con sus pares cuando ella servía como oficial jurídico del entonces juez presidente, Federico Hernández Denton.

“Tenía un don para conciliar templadamente las creencias propias con la diversidad de criterios. Fue siempre un hombre recto, generoso. Supo llevar la disciplina y la reflexión que es indispensable en el quehacer público de todo juez”, afirmó. “El juez compartía con cercanía y orgullo historias de su Morovis natal y recuerdo que siempre insertaba anécdotas de su amada esposa Beatriz”.
El homenaje póstumo se llevó a cabo en la biblioteca del Tribunal Supremo en Puerta de Tierra.