lunes, 20 diciembre 2010
POR OSMAN PÉREZ MÉNDEZ/ Primera Hora
Después de viajar el mundo captando con su lente históricos
momentos, de conocer grandes personalidades, fotografiar guerras
y pobreza extrema, olimpiadas y certámenes de belleza, haber
sido premiado y hasta publicar un libro, Ismael Fernández sintió
que tenía devolver a los demás esas bendiciones que había
recibido.
Un accidente sufrido en 1993 mientras cubría una carrera de
lanchas, cuando cayó al mar desde un helicóptero y casi pierde
la vida, le dio el espacio para poner en marcha la idea de crear
el Taller de Fotoperiodismo y ofrecerle a niños y niñas la
posibilidad de entrar en contacto con la magia de la fotografía.
Por más de dos años no pudo volver a trabajar, pero aprovechó
para movilizar a colegas, amigos y familiares y montar el primer
tallercito en un espacio que le proveyó el Ateneo
Puertorriqueño.
"Vengo de un barrio bien pobre, barrio Amelia. Mi mamá era
maestra y mi papá periodista. En el barrio, éramos los más
acomodados y recuerdo que cuando mi papá hacía la compra, mi
mamá me hacía llevar compras a los vecinos. Me enseñaron a ser
bueno. Desarrollé un amor hacia el prójimo".
De los miles de niños y niñas que han pasado por el Taller,
algunos provienen de tal privación cultural por causa de la
pobreza que nunca habían ido a El Morro o la Isleta de San Juan.
Gracias a las giras del Taller lo vivieron. Muchos, tuvieron una
cámara por primera vez.
No pasó mucho tiempo en que la demanda fue tanta que tuvieron
que moverse fuera del Ateneo. Un edificio abandonado del Viejo
San Juan se le antojó como ideal. Costaba más del doble de lo
que podían financiar, pero eso no lo detuvo. Muchos lo tildaron
de loco. Pero para ese entonces Ismael adoptó una frase de un
ruso que había visto en el periódico: "los locos abren los
caminos que luego los sabios han de seguir".
Con el incondicional apoyo de su familia, su empeño pudo más que
los tropiezos, que no fueron pocos. Llegó a hipotecar su
apartamento para poder mantener la línea de crédito del taller y
evitar que cerrara. Saldó las numerosas deudas poco a poco, con
donativos y el respaldo de amigos, colegas periodistas y
fotógrafos, la empresa privada y el periódico El Nuevo Día, para
el que trabaja desde los 19 años.
"Si puedo ayudar a estos niños dándole una cámara, para que sean
mejores hombres y mujeres, eso es lo más importante. Verlos
sonreír, eso es lo más grande. Y mientras exploran el mundo de
la fotografía y el vídeo, ese es el gancho para mantenerlos
estudiando".
El respeto y reconocimiento ganado le han permitido contar ahora
con más respaldo financiero, incluyendo fondos federales y
estatales.
|
Taller de Fotoperiodismo
Ave. Constitución 312, Puerta de Tierra,
San Juan
|
Desde su creación en 1994, más de 25 mil niños y niñas de todo
Puerto Rico, incluyendo muchos de educación especial, se han
beneficiado del Taller, ahora convertido en un centro educativo
y cultural, que cuenta con galerías para exhibiciones de arte y
fotografía, y emplea a unas 40 personas de manera regular y
cerca de 600 de forma temporal. Al local de San Juan, han sumado
otros en Ponce, Florida y Loíza.
Y ahora que este proyecto está sólido, Ismael ya tiene otro
sueño en mente: crear un museo-galería-biblioteca del periodismo
puertorriqueño.
Proyecto Puerto Rico
Edición 2010
|