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Muñíz dejó salir sus emociones recordando personajes y lugares que marcaron su niñez en WAPA TV. (Archivo / GFR Media)
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Para ellos caminar los estudios de los canales de televisión, los largos corredizos, y sobretodo hacerse invisibles y mudos era un juego de niños en el que sólo se les permitía correr o brincar para evadir los cables del piso que colgaban de las cámaras, y gritar sólo cuando se colaban en los programas infantiles de la emisora.
Ese era el día a día de cualquiera de los hijos de artistas que crecieron en los canales de televisión porque sus madres, padres o ambos los llevaban luego de la escuela y en ocasiones en fin de semana, donde pasaban largas horas porque antes como ahora el trabajo de los obreros del arte no tiene horario.
Ese inusual lugar donde jugaban al esconder tras los bastidores, donde hacían sus asignaciones, leían, se echaban una siesta en cualquier sofá de utilería, resultó ser el más propicio y fascinante para desarrollar un pletórico mundo interior, para entender el silencio, para crear amigos imaginarios, y para hacer amigos famosos que se encontraban en los pasillos, los camerinos, el cuarto de maquillaje. Sirvió también para comprender que aquella actriz de novelas que parecía tan lejana, aquel galán tan principesco, el cantante del momento que hacía suspirar a todas, cuando se apagaban las luces era un familiar más.
RAFO MUÑIZ
Rafo Muñiz, hijo de uno de los pilares de la televisión puertorriqueña, don Tommy Muñiz, no se quedó atrás al dejar salir sus emociones recordando personajes y lugares que marcaron su niñez en WAPA TV.
“El que desde muy pequeño comenzara a ir a las instalaciones de WAPA en Puerta de Tierra y luego en Guaynabo hizo que el canal se convirtiera en una extensión de mi hogar. Me acuerdo que jugaba alrededor de la ceiba que queda frente a la entrada del canal con mis hermanos Manolo, Pedro, Gloria y Miguel. De Carmen Andino (maquillista) de Pipo García (musicalizador) de ir a la cafetería de Coloncito en los predios del canal que era de un
ex boxeador profesional de aquella época. Recuerdo a Evelio Otero, que daba el noticiario de la noche en chaquetón y corbata, y abajo en bermudas y de la familia extendida que era los actores de ‘Esto no tiene nombre’ y otros programa que producía papi”, señaló el productor.
Lo que más valora Rafo de ese departir tanto con gente famosa como con el empleado más humilde de la emisora fue a no distinguir.
“Conocí al pelotero Roberto Clemente, a gobernadores y jefes de estado, a presidentes de Venezuela, Guyana Francesa, República Dominicana, y aprendí que todos somos iguales, a respetar el guardia como al cocinero igual que a una estrella de televisión como Tom Jones, Raphael, Tito Puente”.
Entre sus amigos de la infancia, compinches en ese mundo del arte mencionó a Glenn Monroig, Glenda y Vanessa Vigoreaux, los hijos de “Bizcocho” y a los gemelos Fábregas.
“Mi papá tuvo la visióncuando yo tenía 13 años de no dejarme trabajar en televisión hasta graduarme de escuela superior porque decía que de la misma manera que iba un hijo de un plomero a estudiar y prepararse teníamos que hacerlo nosotros y no creernos mejor que nadie. Me gradué de economía de la Universidad Sagrado Corazón”.
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