Teatro Sylvia Rexach

("El Lara")

Interior

 

Azotea


El  teatro ha estado en total abandono durante décadas. Los interiores se encuentran en un avanzado estado de deterioro. Octubre del 2011.



Despacho en el vestíbulo para la venta de entradas.

La propiedad pertenecía a la Sucesión Llamas Delgado. En la década del 40, luego de alcanzar un éxito rotundo con su fábrica de hielo, Llamas decidió unirse a la floreciente industria cinematográfica. Así fue como estableció un imperio de 14 cines en el área metropolitana, al que llamó el Circuito Teatral Llamas, Empresas de Teatros Modernos. Todos los edificios se caracterizaban por tener un escenario que, en mayor o menor escala, era proporcional al tamaño de la estructura. La decoración era sobria y elegante. Incluía salones de descanso con muebles de caoba, espejos en el recibidor, galerías alfombradas y paneles decorativos en la sala. Contaba con un sofisticado equipo de proyección, pantalla y sonido.



Escenario. Llegó a contar con tramoya, pantalla para proyección cinematográfica y telón.

Además, contaban con un sistema de tramoya para la escenografía colgante y las luces, un telón de boca, cortinas y un equipo de iluminación. De esta manera, los cines funcionaban también como espacios escénicos en donde se podían presentar obras de teatro, zarzuelas, opereta, poesía y conciertos, entre otros géneros del arte vivo.

Teódulo Llamas amaba el arte y se propuso llevarlo al pueblo a través de su Circuito Teatral, construyendo salas en sectores como Villa Palmera y Barrio Obrero. Su rechazo al elitismo lo llevó a estrenar en estos barrios las producciones cinematográficas más destacadas de la época.
(Teatro FranciscoArriví, Comunicados, Teatro y Danza, ICP)



Hileras de de inútiles butacas destrozadas .

Desde 1973, cuando el Grupo Teatro del 60 adquirió la propiedad, tuvo dificultades para mantener la misma financieramente. A principios de 1987 la organización se vio obligada a anular la propiedad del teatro. El equipo de Teatro del Sesenta inició una campaña orientada a recaudar fondos para la compra del Teatro Sylvia Rexach, iniciativa que amadrinó Johanna Rosaly. Otros artistas solidarios aportaron su talento a la justa causa de su campana nacional, entre ellos, Danny Rivera, Velda Gonzalez, Daniel Lugo, Camille Carrión y Raulito Carbonell. El esfuerzo no tuvo éxito. (31 de julio 1994, el Nuevo Día)

 



Segunda planta. También tenía filas de butacas, y al fondo el cuarto de proyección con control de iluminación y audio.

En diciembre de 1999 el antiguo teatro fue vendido por $375,000 a un médico de la capital quien se proponía restaurarlo y transformarlo en un edificio comercial. (El Nuevo Día, 8 de diciembre de 1999)

En la actualidad pertenece al Municipio de San Juan. En mayo del 2011 el Municipio anunció la compra de los predios de terrenos actualmente abandonados, y donde ubicó antiguamente el Teatro Sylvia Rexach, a través de una inversión de $1.3 millones. Los tres predios le fueron adquiridos a un mismo dueño que -según el Alcalde- los había adquirido para desarrollarlos, pero decidió venderlos ante la situación económica.
(El Nuevo Día, 10 de mayo de 2011)