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Biblioteca Carnegie |
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Fotos Históricas de la Biblioteca Carnegie |
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Recepción |
Vestíbulo Superior | Salas de Referencia | |
Escaleras piso superior | Placa O'Neill | |
Escaleras sótano | Biografía A. Carnegie | |
Johnny Torres Rivera Debemos consignar los esfuerzos de
James L. Dunley y Agustín Navarrete (a la sazón síndico
de la Biblioteca Insular) y Manuel Fernádez Juncos,
recabando del Ex-Gobernador Arthur Yager su ingerencia
personal con el fin de obtener la Biblioteca Carnegie en
Puerto Rico. Estas gestiones, de las que se habían
ocupado anteriormente don Francisco del Valle Atiles y
otros valiosos puertorriqueños, se vieron coronadas por
el mejor éxito mediante la acción conjunta del Dr. Yager,
amigo personal de Mr. Carnegie, y la Asamblea
Legislativa, presidida entonces por don José de Diego, y
de don Luis Sánchez Morales, quienes formaron parte de
la Comisión de la Biblioteca, que hubo de entenderse en
lo relativo al nuevo edificio. En 1901, el Comisionado de
Educación de Puerto Rico, Martín Grove Brumbaugh, inició
las negociaciones con el filántropo millonario Andrew
Carnegie encaminadas a dotar a San Juan de una
biblioteca pública. El Consejo Municipal de San Juan
había acordado aportar $6,000 anuales para gastos de
mantenimiento. El secretario privado del Sr. Carnegie,
James Bertram, indicó que la cantidad acostumbrada del
donativo era de 10 veces la aportación para el
mantenimiento. No obstante Brumbaugh logró obtener la
suma de $100,000 para la construcción de la biblioteca.
El lugar recomendado inicialmente fue la Plaza de Colón. El edificio que alberga la biblioteca
Carnegie en Puerta de Tierra, San Juan fue diseñado por Ramón Carbia en 1914. Fue el primero construido en
Puerto Rico para ser utilizado específicamente como
biblioteca pública. La construcción comenzó en 1914,
en un terreno donado por el gobierno. La antigua
Biblioteca Insular fue transferida a la Carnegie en
junio de 1916. La nueva
biblioteca fue inaugurada el 27 de julio de 1916.
En virtud de
la Sección 1 de la Ley Núm. 20 de 22 de noviembre de
1917su nombre
fue cambiado a Biblioteca Carnegie.
A tenor con la Ley Núm. 222 de 28 de marzo de 1946, según enmendada, fueron asignados y puestos a la disposición de la Junta de Síndicos de la Biblioteca Carnegie seis mil (6,000) dólares, a fin de que la referida Junta organizara una biblioteca rodante. También, el entonces denominado Departamento de Instrucción Pública fue autorizado a poner en funcionamiento, una vez organizada, la biblioteca rodante mediante la compra del equipo necesario y la prescripción de las reglas adecuadas a los fines de llevar a cabo tales propósitos.
Los primeros cuarenta años de
servicio fueron los años de gloria de la biblioteca, la
cual contaba con 9 salas. Llegó a contar con una
membresía de 18,000 personas, un promedio de 200
visitantes diarios. A tenor con la Ley Núm. 222 de
28 de marzo de 1946, según enmendada, fueron asignados y
puestos a la disposición de la Junta de Síndicos de la
Biblioteca Carnegie seis mil (6,000) dólares, a fin de
que la referida Junta organizara una biblioteca rodante. También, el entonces denominado Departamento de
Instrucción Pública fue autorizado a poner en
funcionamiento, una vez organizada, la biblioteca
rodante mediante la compra del equipo necesario y la
prescripción de las reglas adecuadas a los fines de
llevar a cabo tales propósitos. La biblioteca ofrecía servicios de "cajas
viajeras", que consistían en unos anaqueles
rodantes a través de los cuales se llevaban libros a
las escuelas y comunidades aisladas. En 1950 se añadió
el servicio de biblioteca rodante.
La biblioteca estaba regida por
una Junta de Síndicos nombrada por el gobierno, con la
aprobación del senado. En 1950 todas las funciones de
esta Junta fueron transferidas al Departamento de
Instrucción Pública, el cual sería responsable de su
administración.
En 1965 la biblioteca fue cerrada
debido al estado de deterioro en que se encontraba. Fue
remodelada de acuerdo al diseño original, con algunas
alteraciones tales como el piso y reabrió sus puertas
en 1969. En las dos décadas siguientes volvió a cerrar por temporadas y reducir su horario de servicio por falta de fondos.
La biblioteca tenía un horario
diurno y nocturno y contaba con una sala de conferencia,
la sala de revistas, la sala de la colección
puertorriqueña, la sala de referencia, la sala de niños
y el área de circulación. Durante las dos décadas
subsiguientes se vio forzada a cerrar durante
temporadas y a reducir su horario de servicio. No abría
de noche ni fines de semana. Por falta de fondos el
personal tuvo que ser reducido, lo cual afectó los
servicios. La biblioteca dependía mayormente de
donaciones. Debido a la falta de control mucho material
se perdió.
El 18 de septiembre de 1989 la
Biblioteca Carnegie sufrió daños significativos como
consecuencia del paso el Huracán Hugo por Puerto Rico.
En el campo de la bibliotecología este ha sido uno de
los mayores desastres en la isla. El agua y el viento dañaron
la mayor parte del equipo y del material. Los daños
estructurales fueron calculados en un millón de dólares
y se perdieron 39,000 libros valorados en $975,000. La
colección puertorriqueña, donde se encontraban
documentos y colecciones únicas en Puerto Rico, fue la
mas afectada. Aún cuando la ciudad capital quedó sin
una biblioteca pública, no fue hasta el 1991 que el
Departamento de Educación, apoyado por un grupo de
ciudadanos interesados en la biblioteca, decidió
restaurar el edificio.
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Aún cuando la ciudad capital quedó sin una biblioteca pública, no fue hasta el 1991 que el Departamento de Educación, apoyado por un grupo de ciudadanos interesados en la biblioteca, decidió restaurar el edificio. Los fondos iniciales para la
reconstrucción de la Biblioteca Carnegie fueron
gestionados durante la administración de la Secretaria
Celeste Benítez. Estos esfuerzos
fueron apoyados por un grupo de la comunidad integrado por Bartolomé Gamundi,
Marylin Montalvo, Inés Flores, Rafal Delgado, Dra.
Haydée Muñoz Solá, Dra. Consuelo Figueras y
capitaneado por J.P. McCloskey. Este grupo trabajó
activamente en la reconceptualización inicial de la
biblioteca y sus servicios. La colocación de la primera
piedra, para dar inicio a la reconstrucción, tuvo lugar
en octubre de 1992.
La firma de arquitectos Segundo
Cardona y Ferré tuvo a su cargo la reconstrucción del
edificio y el diseño de los interiores. Esta firma puso
todo su empeño en mantener el diseño de la construcción
de la Carnegie lo mas fiel posible a los planos
originales del 1912 los cuales fueron diseñados por el
arquitecto Henry D. Whitfield. La supervisión de la
obra y la adquisición del mobiliario estuvo a cargo de
la Oficina para el Mejoramiento de las Escuelas
Públicas. El contratista Jafer estuvo a cargo de la
reconstrucción del edificio. En 1995 se reinaugura la
biblioteca abriendo sus puertas a toda la comunidad de
San Juan y áreas adyacentes.
Su
estructura es de dos niveles, sin contar con el sótano, con planta rectangular de
estilo Neoclásico. Consta de nueve salones
aparte de los destinados a oficinas. De estos salones,
durante el inicio de la Biblioteca Carnegie, tres le
fueron cedidos temporalmente a la Cruz Roja Americana,
Capitulo de Puerto Rico y uno al Colegio de Leyes de la
Universidad de Puerto Rico. La fachada principal, al sur,
tiene un pórtico recesado de seis columnas dóricas de
orden colosal. Las demás fachadas están
moduladas por pilastras dóricas también de orden
colosal. Cinco grandes puertas con arcos salvan
los dos niveles y dan accesos al edificio. El
techo, a cuatro aguas, está cubierto de tejas vidreadas.
El acceso al segundo piso se logra mediante dos escaleras laterales. Las escaleras conservan la balaustrada de madera original. Este segundo piso duplica el primero y contiene una sala de exposición, un salón de lectura y un auditorio al este. El auditorio conserva toda la ornamentación arquitectónica original. Actualmente la Bilioteca Carnegie es la primera biblioteca pública del Departamento de Educación que ofrece sus servicios en forma totalmente automatizada. Un consorcio establecido entre el Recinto de Mayaguez de la Universidad de Puerto Rico y el Departamento de Educación viabilizó el desarrollo de la infraestructura de telecomunicaciones de la biblioteca y el desarrollo de la base de datos automatizada del catálogo en línea. Ésto viabilizará la participación de ésta red de información Cooperativa de Puerto Rico (RICOPUR), una red automatizada de bibliotecas multipisos, y a redes internacionales como Internet. En febrero de 1995 se nombró a la Sra. Carmen Laura Hernández como directora ejecutiva de la Biblioteca Carnegie. Desde el momento de su nombramiento trabajó arduamente para nombrar el personal, adquirir materiales y equipos adicionales. junto a su personal preparó a la biblioteca para comenzar a ofrecer sus servivios el día 2 de mayo de 1995, durante la Semana Educativa. El 30 de octubre de 2002 el Sr. Jon E. Slater, Presidente y Principal Oficial Ejecutivo de Puerto Rico Telephone (PRT), acompañado del Hon. César Rey Hernández, Secretario de Educación, y los Sres. Antonio Rivera y Richard Espinosa de la Biblioteca Carnegie, inauguró el Centro PRT de Educación Digital de la Biblioteca Carnegie. El Centro tiene como propósito el aunar esfuerzos con el Comité de Amigos de la Biblioteca Carnegie, proveyendo una poderosa herramienta educativa como lo es el Internet para apoyar, tanto los fantásticos cursos educativos de la Biblioteca como el programa de Escuela Abierta del Departamento de Educación y los proyectos de Comunidades Especiales, a los que la Biblioteca también brinda apoyo. La biblioteca cuenta con nueve salas de servicio: Centro de Información y Referimiento, Sala de Recursos Audiovisules, Sala de Niños Dr. Ramón Mellado Parsons, Sala de usos Múltiples Luis O'Neil de Milán, Sala Audiovisual, Sala de Referencia, Sala de Circulación, Sala de jóvenes, Sala de Revistas y Periódicos Harold J. Lidin. El futuro luce brillante para la nueva Biblioteca Carnegie. Existen muchos planes para continuar su importante misión educativa. Entre los proyectos que se implantarán en la biblioteca está la propuesta auspiciada por Título VI titulada: "La Biblioteca Carnegie: un puente entre los estudiantes y el mundo de la información". Dicha propuesta fue desarrollada y sometida por la Dra. Figueras y será coordinada por la profesora Josefina Gómez. La misma tiene como propósito desarrollar en una muestra de estudiantes de los grados 5to. al 12mo. el interés en la lectura y las destrezas de información. Los estudiantes participantes provendrán de escuelas públicas de San Juan que no cuentan con bibliotecas escolares en sus planteles. Hoy en la era de la televisión, los videos, etc., las bibliotecas han tenido una competición difícil, pero aun así siguen siendo una parte vital e importante de nuestra sociedad. Son necesarias no únicamente para prestar libros para leer, sino para propósitos educativos: oradores, firmas de libros, asuntos sociales, exposiciones y genealogía.
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